A petición de nuestra amiga Adelina, y con un poco de retraso, jejejeje, he aquí la receta para unas galletas de jengibre. Ya se que son típicas de Navidad pero ¿por qué no cometer una locura y tomarlas en cualquier época del año? ¡A mí me encantan!
INGREDIENTES:
Para la masa:
- 350 g de harina
- 125 g de mantequilla fría
- 100 g de miel de caña (melaza, o miel normal)
- Una pizca de nuez moscada molida
- Una pizca de clavo molido
- Una pizca de jengibre molido
- 1 cucharadita de canela
- 100 g de azúcar
- 1 huevo mediano
Para la decoración (glasa):
- 200 g de azúcar glass
- 1 clara de huevo
PREPARACIÓN:
Mezclamos bien los ingredientes secos, es decir, la
harina, jengibre, nuez moscada, canela y clavo.
Batimos la
mantequilla, que estará a temperatura ambiente, con el azúcar hasta que éste se
disuelva completamente. Incorporamos la miel o melaza y el huevo, y finalmente
incorporamos la mezcla de la harina con las especias. Tenemos que conseguir una
mezcla lo más homogénea posible.
Si se queda excesivamente pegajosa podemos incorporar
algo más de harina hasta que quede más firme y manejable (pero no pongáis
demasiada harina ya que si no es posible que las galletas queden demasiado
duras al hornearlas).
Colocar la masa en una bolsa de plástico sellable o en un
recipiente de plástico hermético. Reservar en un lugar fresco, pero no en la
nevera, durante al menos 2 horas y máximo 6 horas. O refrigerar la masa durante
un máximo de 3 días, y llevar a temperatura ambiente antes de usar.
Estirar la masa directamente sobre papel de pergamino
para que no haya deformaciones cuando transfieras la masa a la bandeja de
horno.
La masa es pegajosa. Se puede extender con el rodillo
entre dos hojas de papel de pergamino o de horno y luego congelar antes de
cortar con los moldes, ya que puede resultar difícil desprender el papel.
Ahora llega el momento de cortar vuestras galletas de
jengibre y darles o bien forma de casita de jengibre o bien forma de hombrecito
de jengibre o la forma que más os guste.
Hornear en horno precalentado a 180ºC durante 11 a 15
minutos para piezas de gran tamaño, de 6 a 8 minutos para piezas pequeñas. O
hasta que los bordes se tiñen de color marrón. Vigilad bien las primeras para
saber cuánto tiempo tenéis que dejarlas porque dependerá mucho del grosor de la
galleta y de la potencia de vuestro horno.
Cuando estén frías, preparamos la glasa que servirá para
decorar. Batimos el azúcar y la clara de huevo, primero despacio, y luego a
gran velocidad (idealmente con un batidor eléctrico de varillas) hasta que esté
muy firme (al coger la glasa con una cuchara no cae).
Pasamos la glasa a una manga pastelera equipada con una
boquilla pequeña, como las que se usan para delinear galletas, y vamos decorando
a nuestro gusto Dejar secar del todo.